Francia se convierte en el primer país del bloque de la Unión Europea que impone la norma de reducir las emisiones de carbono y conseguir que más ciudadanos utilicen los trenes de alta velocidad franceses, conocidos como TGV.

El gobierno francés suspenderá en abril los vuelos cortos a destinos a los que se pueda llegar en 2,4 horas de tren, incluyendo aquí los viajes desde París a destinos conocidos como Burdeos y Lyon,

Mientras tanto, los vuelos de París a Toulouse, que duran cuatro horas, y los de París a Niza, que duran unas seis horas en tren, seguirán funcionando.

Francia cuenta actualmente con 2.800 kilómetros de trenes de alta velocidad que conectan destinos como Londres, Ámsterdam y Fráncfort. Sin embargo, no restringe los vuelos con ellos a pesar de que esos destinos son fácilmente accesibles en tren.